16 de novembre del 2013

Jueves: matar a Papá

[El Mundo, 15 de noviembre de 2013]

La 'heroína' de la primera novela de Carina Bergfeldt anota en un cuaderno los pormenores que la llevarán a matar a su padre

Marga Melken


Carina Bergfeldt. ¿Os suena? ¿Nada? ¿Ni una 'mijita'? Pues lo que es a mí, tampoco. Yo me quedé anclada en Carmen Laforet y Gracita Morales (¡es broma!). Quiero decir, que tales nombre y apellido no me sonaban de nada hasta que me he metido, de tirón y en una sola noche, su 'Matar a Papá', 'thriller' psicológico basado en hechos reales cuya traducción al español debemos al buen hacer los chicos de Seix Barral y, si hubiese justicia en este país semianalfabeto y 'wertiano', estaríamos leyendo todos los españoles, sin excepción, por decreto ley. Lo sé. Otra sueca. Otra sueca que nos coloca su primera novela sueca. Nos están reconquistando las suecas en materia negrocriminal y esto empieza a parecer otra película de Landa y López Vázquez ambientada en los años del desarrollismo. ¡Pero os juro por lo más sagrado que ésta no es otra novela sueca, escrita por una sueca, narrada a la sueca, al uso!
Todo lo contrario. La Bergfeldt se ha tirado de cabeza al meollo de uno de los grandes problemas de nuestra sociedad, la violencia de los hombres contra las mujeres, y nos ha contado una de esas historias, narrada de una forma completamente distinta a todo lo leído antes, que dejan al pobre lector boquiabierto. Vayamos al grano que el tiempo es oro en internet. Os resumo el texto de la contra: una mujer planifica con gran minuciosidad la muerte de la persona que ha convertido su vida en un infierno, su padre. El macabro plan toma forma en una libreta cuya tapa muestra unas apetitosas magdalenas.Una nota en el frigorífico con las palabras "Matar a Papá" le recuerda cuál es el motor que impulsa ahora su vida.
Mientras el plan parricida avanza, se encuentra el cadáver de una mujer en un lago de Skövde; todo apunta a una muerte violenta. La inspectora Anna Eiler trabaja en el caso, pero no es la única: dos periodistas locales, Ing-Marie Andersson y Julia Almliden, realizan su propia investigación. Las tres tienen razones personales para resolver el asesinato, las tres esconden algo, pero sólo una de ellas es capaz de preparar a sangre fría un crimen aún más atroz que aquel que pretende resolver. Y hasta aquí puedo leer, que diría, haciéndose la sueca, doña Mayra Gómez Kemp.
Pero a lo que voy. Si 'Matar a Papá' me ha atrapado por los ovarios y no me ha soltado hasta la página 443 (la última) es porque me ha recordado poderosamente al Andreu Martín de la primera etapa. Es decir, a aquellas novelas del catalán que una devoraba también de noche en sus tiempos de universitaria. ¿Ejemplos? Un montón: 'A martillazos', 'Aprende y calla', 'El señor Capone', 'A navajazos', 'Prótesis' y otra veintena más que están pidiendo a gritos, desde ya y desde los años 80 en que fueron escritas, una relectura atenta. O-ri-gi-na-li-dad. Mirad que os lo tengo dicho. Que para escribir una buena novela negra no basta con una historieta al uso que contar. Hay que ser original. Mordiente. Distinto. Osado. Y Carina Bergfeldt lo es. Como lo fue, y aún lo es cuando quiere, Andreu Martín.
De esta novela han dicho un montón de periodistas de nombres y apellidos impronunciables que mantiene el espíritu de 'Dexter', la serie. Que está perfectamente construida. Que tiene muchos niveles de lectura. Que obliga a leerla de un tirón y, a la vez, a eso tan sano que consiste en apagar, por unas horas, o días, o semanas, el televisor. Que es una novela escrita con una habilidad poco común, con un sentido de la realidad cotidiana muy creíble y una atmósfera oculta. ¿Y queréis saber la verdad? Pues que todos estos 'plumillas' suecos están cargados de razón. Os dejo con el arranque de la novela y espero que os lancéis a la librería más próxima para conocer el resto. No os arrepentiréis. De nada.

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