6 de setembre del 2012

Connelly gana hoy un premio desvelado hace una semana

[EstoSoloPasaAquí, 6 de septiembre de 2012]

David Burguera


¿Tiene José Sanclemente poderes adivinatorios? Quizá desde RBA se sugerirá que sí, pero en el resto del mundo editorial se duda cualquier relación Sanclemente-Rappel. El caso es que a mediodía de hoy, 6 de septiembre, se ha anunciado que Michael Connelly es el ganador del VI Premio Internacional RBA de Novela Negra, un galardón al que se habían presentado 217 obras y que, con 125.000 euros, es el mejor dotado del mundo en su categoría. Más de 200 tipos han puesto sus novelas a disposición de un premio que, según José Sanclemente, periodista y socio de la editorial Roca (también editora en España de títulos de Connelly), estaba decidido hace semanas. Sanclemente, el pasado jueves 30 de agosto dio por hecho que Connelly ganaría el premio. Se puede leer en su blog, a través de una entrada titulada “La oscuridad de los premios literarios”. Al día siguiente, 31 de agosto, el blog de la biblioteca La Bóbila se hacía eco de la noticia y en El Periódico Ernest Alós le dedicaba un artículo, “Los premios literarios suman otra polémica más” Y hoy, una semana después, la ¿predicción? se ha cumplido.
“Hace unos meses, cuando RBA se hizo con los derechos del autor americano que ostentabamos en ROCAEDITORIAL, ya me dijeron que la editorial de Ricardo Rodrigo (RBA) había hecho una oferta importante, con premio incluido, que en la editora española durante los últimos años no íbamos a poder igualar”. Así se despacha Sanclemente en su blog para desvelar que los fichajes del mundo del fútbol no son los únicos que dan para llenar páginas.
En el punto 3 de las bases del concurso de RBA se indica que “el Premio será otorgado por votación de un jurado formado por cinco miembros designados por RBA Libros”. El jurado lo han compuesto integrado por Soledad Puértolas, Lorenzo Silva, Antonio Lozano, Paco Camarasa y Anik Lapointe.
Sanclemente no formaba parte de ese jurado. Sin embargo, sabía desde hace tiempo, según él desde hace meses, que Connelly ganaría. Así ha sido. ¿Por qué lo sabía?
A tenor de los resultados, hace muchos, muchos años, que los premios han dejado de reconocer los méritos de los escritores para convertirse en un modo de promocionar el trabajo de un empleado de la editorial, un trabajo, un producto, que se comercializa a través de libros sobre los que los medios de comunicación hablamos en la sección denominada Cultura y también en los suplementos literarios.
Ganar uno de estos premios es, obviamente, una gran noticia para los galardonados. No siempre para los finalistas. La valenciana Marta Querol ha explicado en alguna ocasión su alegría inicial por ser la autora de una de las diez novelas finalistas (no La Finalista premiada) del premio editorial más famoso de España en la edición de 2007. Sin embargo, no ganó ni fue elegida La Finalista, lo que meses después se convirtió en un serio obstáculo para conseguir que alguna editoral apostase por ‘El final del Ave Fénix’. Nadie quería publicar una novela que arrastraba la vitola de haber sido finalista del premio de una editorial rival. Paradójicamente, ser finalista no le vino bien a ‘El final del Ave Fénix’, que posteriormente fue editada por Aladena en papel, si bien tuvo que ser después, a través de la venta en edición digital, que Querol obtuvo buenos resultados.
Sin duda que las editoriales tienen todo el derecho a premiar el buen tino de aquellos escritores que deciden fichar por ellas, pero también parece lógico dudar de que en esos premios y en esos jurados se emplee siquiera tangencialmente el criterio de la calidad como motor decisorio del galardón. Parece, tras descartar los poderes adivinatorios de Sanclemente, que pesa más la cantidad de libros que, potencialmente, se pueden vender, lo cual puede considerarse lógico, porque las editoriales son empresas privadas. Pasa con las editoriales lo mismo que con los medios de comunicación, que si trabajásemos sólo mirando la calculadora sería innecesario que un artículo de la Constitución nos defienda. Bastaría con el Código Mercantil.
Por cierto, Connelly ha ganado el premio gracias a la novela ‘La caja negra’, que relata la investigación del asesinato de una joven periodista danesa, sin resolver en 1992, pero el detective Harry Bosch, protagonista de la serie que nuevo fichaje de RBA inició hace décadas, retoma el caso en la actualidad y con ayuda de las nuevas tecnologías consigue resolver aquel asesinato. Quizá dentro de 20 años, quizá antes, se explique cómo se gestó la decisión por la cual esta novela gana hoy un premio desvelado hace una semana.


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